HERMANDAD DE MARÍA SANTÍSIMA DE LOS DOLORES Y SANTO CRISTO DEL CAMINO

HERMANDAD SERVITA DE NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES Y SANTO CRISTO DEL CAMINO
Parroquia de la Vera-Cruz - Fernán-Núñez (Córdoba)
Jueves Santo

domingo, 22 de noviembre de 2015

MISA DE ACCIÓN DE GRACIAS Y BESAPIÉ COMO CLAUSURA A LOS ACTOS EXTRAORDINARIOS DEL X ANIVERSARIO DE LA BENDICIÓN



Todo lo que hagan, de palabra o de obra, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.’ Colosenses 3: 17.

Con estas palabras de San Pablo a los Colosenses bien podríamos resumir lo que  recordamos este sábado en la Misa de Acción de Gracias y besapié extroardinario al Santo Cristo del Camino, elevando al Padre un sincero agradecimiento por estos diez años junto a la bendita imagen del Santo Cristo del Camino. En efecto, cuando diez años atrás esta imagen llegaba a nuestro pueblo, la Hermandad de los Dolores vivió con gozo una lenta renovación interior. Hasta entonces, desde su reorganización en los años cuarenta, sus hermanos siempre habían buscado a Dios a través de los ojos privilegiados de María, que rota de dolor, conducía –y aún conduce– con  amor maternal el peregrinar de sus hijos. No podía ser de otra de otra forma, necesitábamos un Camino seguro en el que poner nuestras vidas; una Verdad inefable, que apartara de nuestros ojos cualquier atisbo de duda; necesitábamos, en definitiva, dejarnos mirar por los ojos de la Misericordia, del Perdón, del Amor sin límites, que es Dios. Y así, gracias a la generosidad de Pedro y Mª Dolores, el Cristo del Camino fue una realidad, tomó forma, y habitó entre nosotros.

Diez años después, su hermandad ha querido subrayar de un modo especial este acontecimiento, y es así como hoy resuenan aún en nosotros los ecos de aquella procesión extraordinaria, o recordamos las palabras de aquellos conferenciantes, los momentos de oración en la vigilia, y tantos otros momentos que el Señor nos ha brindado a lo largo de estos meses de celebración, a los que el pasado sábado se puso  su broche final. No podemos hacer más que mirar al Señor con un corazón agradecido. 

Estos diez años son sólo el comienzo de una larga historia, de un peregrinar en el que, como en nuestra vida, sólo una esperanza nos alienta, y es que al final de ese camino, podamos encontrarnos cara a cara contigo. Por todo ello, Gracias, Señor.






Fotográfias: N.H.D. José María Ariza

No hay comentarios:

Publicar un comentario